Tuesday, October 2, 2018

Yacimiento Romano de Canexol (Segunda Parte)


Por lo que se puede apreciar, y por comparación con el registro arqueológico documentado en otros yacimientos de similares características, parece que estos muros formarían parte de unos pilones para la salazón del pescado. Cada una de estas estructuras aparecen colmatadas por piedras, tégulas (tejas llanas de reborde) e ímbrices (tejas curvas) en diferente grado de rodamiento y fragmentación, carbones de diferentes tamaños, huesos procedentes de mamíferos y de pescados, pudiendo ser fruto tanto de su antiguo uso mezclado con los derrumbes y/o de la amortizaciones de estas estructuras como vertedero. Sobre estas estructuras se distingue un amplio paquete de tierra no muy orgánica y de grano fino de características similares al que aparece sellando la fosa que se describió en primer lugar, lo que lleva a pensar que parece que fue depositado todo al mismo tiempo con la intención de cubrir estos diferentes elementos constructivos y aplanar el terreno para darle un nuevo uso.
De modo aclaratorio, los materiales de cubrimiento, tégulas e ímbrices, que aparecen en este yacimiento son señales evidentes de romanidad ya que su uso desaparece a principios de la Edad Media siendo sustituidos por la cobertura realizada sólo con imbrices dispuestos en hiladas paralelas y alternando el derecho y el revés, sistema que perdura hasta hoy. Por otra parte, la tégula no sólo fue utilizada para cubiertas sino que también fue utilizada para pavimentos, canalizaciones, tumbas, etc., funciones que se alargaron en el tiempo ya que aparecen también
en registros altomedievales.


Información tomada del libro "Ons: una isla habitada" por Paula Ballesteros-Arias, Marina Bermúdez Beloso y Cristina Sánchez-Carretero.


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